Descripción
Alma de Acos es el hermano pequeño del fascinante Acos, uno de los mejores vinos de Viña Sastre y, sin embargo, uno de los más desconocidos. Al igual que su hermano mayor, Alma de Acos fue concebido para ofrecer una versión más transparente de la fruta, con menor protagonismo para las maderas de la crianza, y un rol determinante para la acidez natural de la uva. Con este perfil, Viña Sastre ha conseguido un vino que se ajusta perfectamente a los perfiles internacionales sin perder ni un ápice de su carácter ribereño.
El vino procede de las cepas más jóvenes de los viñedos de la colina de Acos, los mismos que regalan cada año las uvas con las que se elabora el Acos. Las cepas más viejas tienen entre 50 y 90 años de edad, pero las más jóvenes tienen también la complejidad suficiente para merecer ser vinificadas aparte, como demuestra cada botella de Alma de Acos, un vino moderno, elegante y capaz de envejecer con elegancia.
Luce oscuro y cubierto con una nariz salpimentada de madera de enorme calidad, símbolo distintivo de los grandes vinos de Viña Sastre. En nariz es finamente vegetal y elegantemente rústico, con una mineralidad pétrea dominando el conjunto. En boca se ensancha y deja sentir su paso por madera sin demasiada contundencia, con sofisticación. Su madura fruta negra aparece recubierta de pinaza, en una combinación muy equilibrada, con la esponjosidad de la hojarasca y la amabilidad de una buena mermelada de fruta especiada. Los taninos son abundantes y gastronómicos, para nada ofensivos, pero quizás algo destacados para permitir una copa sin compañía en el plato. Podemos guardarlo unos meses o buscarle compañía entre los maridajes sugeridos a continuación.
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